Una participante de nuestros cursos nos dijo algo "provocador".
Habiendo llegado a la clase N° 14 de su curso y realizando otros tantos ejercicios nos manifestó : "Ahora entiendo porqué creer es importante". Esto se basa en nuestro slogan "creer para crear y para crecer".
Esta participante española, cuya profesión es la publicidad, es admiradora del pensamiento lateral desde su época de estudiante universitaria, pero recién cuando se animó a experimentar un buen número de ejercicios, pudo valorar esta sensación de creer en la utilidad de la práctica de estas técnicas y esta creencia le posibilitó abrir su cabeza lo suficiente como para crear más y -de este modo- sentir que está creciendo.
Muchos participantes no se animan a iniciar este camino pues al leer los ejercicios piensan ¿qué se me va a ocurrir a mi? Nada !!! Yo nunca fui creativo!!!, dicen. Esto es sólo una expresión de su baja autoestima o su falta de constancia o perseverancia general.
Todos somos creativos. Tal vez, nunca nos hayamos animado a sacarlo afuera esa creatividad desde nuestro interior.
Otros participantes se manifiestan temerosos de escribir lo que les surge naturalmente (tal como lo determinan este tipo de técnicas) pues su inseguridad y timidez los hacen autocensurarse sin sentido.
La estructura educativa que nos han dado, es una barrera feroz contra la creatividad pues está plagada de "que es lo correcto" y "que es lo incorrecto".
Cuando uno cree lateralmente se deja llevar por la intuición. Se deja llevar por la imaginación, que cuando se la activa, siempre es provechosa.
Se dice que "el sentido común, es el menos común de los sentidos". La estructura rígida no utiliza el sentido común, utiliza modos socialmente aprobados por algunos para desarrollar actitudes impuestas por otros.
Cuando uno pasa por el tamiz algo que se piensa desde el pensamiento divergente, siempre termina logrando un proceso que en sí mismo tiene sentido común. Aunque a priori se haya visto como algo extremadamente poco convencional.
El paso siguiente tiene el valor de atreverse a transformar este pensamiento en acción.
Los que realizamos coaching en distintas partes del mundo nos cansamos de ver que la inconstancia y la falta de perseverancia son la base de todos los fracasos.
La mayor parte de la gente piensa bien, tiene buenas ideas y desarrolla excelentes proyectos. Pero no tiene ni la constancia ni la perseverancia ni la voluntad para llevarlos a cabo hasta sus últimas instancias, y tampoco aprenden demasiado durante este proceso, como para no repetir esta historia en el próximo intento.
Aquí tambien el creer juega un papel importante. Si se cree realmente en lo que se ha emprendido, será difícil no querer llegar a verlo plasmado en un éxito profesional, comercial o personal.
Si la sensación es tibia....se enfriará a mitad de camino, y cualquier escollo que se presente se sentirá como un torbellino de dudas y angustias que tirará todo por la borda.
Creer también es poseer. Creer también es tener la convicción de que se logrará. Creer da esperanza. Creer da seguridad. Creer refuerza la autoestima. Creer es la base de todo.
Habiendo llegado a la clase N° 14 de su curso y realizando otros tantos ejercicios nos manifestó : "Ahora entiendo porqué creer es importante". Esto se basa en nuestro slogan "creer para crear y para crecer".
Esta participante española, cuya profesión es la publicidad, es admiradora del pensamiento lateral desde su época de estudiante universitaria, pero recién cuando se animó a experimentar un buen número de ejercicios, pudo valorar esta sensación de creer en la utilidad de la práctica de estas técnicas y esta creencia le posibilitó abrir su cabeza lo suficiente como para crear más y -de este modo- sentir que está creciendo.
Muchos participantes no se animan a iniciar este camino pues al leer los ejercicios piensan ¿qué se me va a ocurrir a mi? Nada !!! Yo nunca fui creativo!!!, dicen. Esto es sólo una expresión de su baja autoestima o su falta de constancia o perseverancia general.
Todos somos creativos. Tal vez, nunca nos hayamos animado a sacarlo afuera esa creatividad desde nuestro interior.
Otros participantes se manifiestan temerosos de escribir lo que les surge naturalmente (tal como lo determinan este tipo de técnicas) pues su inseguridad y timidez los hacen autocensurarse sin sentido.
La estructura educativa que nos han dado, es una barrera feroz contra la creatividad pues está plagada de "que es lo correcto" y "que es lo incorrecto".
Cuando uno cree lateralmente se deja llevar por la intuición. Se deja llevar por la imaginación, que cuando se la activa, siempre es provechosa.
Se dice que "el sentido común, es el menos común de los sentidos". La estructura rígida no utiliza el sentido común, utiliza modos socialmente aprobados por algunos para desarrollar actitudes impuestas por otros.
Cuando uno pasa por el tamiz algo que se piensa desde el pensamiento divergente, siempre termina logrando un proceso que en sí mismo tiene sentido común. Aunque a priori se haya visto como algo extremadamente poco convencional.
El paso siguiente tiene el valor de atreverse a transformar este pensamiento en acción.
Los que realizamos coaching en distintas partes del mundo nos cansamos de ver que la inconstancia y la falta de perseverancia son la base de todos los fracasos.
La mayor parte de la gente piensa bien, tiene buenas ideas y desarrolla excelentes proyectos. Pero no tiene ni la constancia ni la perseverancia ni la voluntad para llevarlos a cabo hasta sus últimas instancias, y tampoco aprenden demasiado durante este proceso, como para no repetir esta historia en el próximo intento.
Aquí tambien el creer juega un papel importante. Si se cree realmente en lo que se ha emprendido, será difícil no querer llegar a verlo plasmado en un éxito profesional, comercial o personal.
Si la sensación es tibia....se enfriará a mitad de camino, y cualquier escollo que se presente se sentirá como un torbellino de dudas y angustias que tirará todo por la borda.
Creer también es poseer. Creer también es tener la convicción de que se logrará. Creer da esperanza. Creer da seguridad. Creer refuerza la autoestima. Creer es la base de todo.
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