Generar un nuevo pueblo, es creativo

Se llama CASA DE PIEDRA. Está ubicado en el inhóspito sudoeste de La Pampa, sobre la ruta nacional 152, a casi 1000 kilómetros de Buenos Aires. Todavía no cumplió un año desde la inauguración de sus primeras construcciones públicas, no aparece en los mapas del país -la cartografía señala un embalse o dique en el lugar-, sus tierras cotizan por licitación a un peso el metro cuadrado como base y nadie oculta, además, que es una fantasía o anhelo del gobernador pampeano Carlos Verna. El pueblo nació al calor de la iniciativa y la financiación provincial mucho antes de que alguien siquiera pensara instalarse por estas tierras fiscales.
Viven 56 personas de manera estable. Entre ellos, dos policías de La Pampa, tres agentes de prefectura y una médica. Cada uno con su historia. Un pasado, un presente y un futuro que muchos creen ligado a Casa de Piedra, un sitio difícil y aislado rodeado de jaramilla, alpataco y piquillín (la vegetación achaparrada típica de La Pampa).
Se espera que Casa de Piedra se convierta en una Villa Turística con soporte en lo naútico.
El pueblo consta de un edificio comunal, un albergue estudiantil, un polideportivo, un puesto sanitario, una proveeduría -adjudicada-, una escuela y una estación de servicio, ambas en obra. No hay hotel.
Casa de Piedra tiene gas, luz, agua potable, telefonía móvil, TV e Internet satelital. Aún no figura en la cartografía argentina, pero es un lugar para trabajar, crear y crecer ¡Enhorabuena!

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