Aquí el paso a paso del ejercicio.
Relájese en 2 minutos Si está en unos de esos días muy estresantes, le recomiendo pararse un minuto con sus brazos extendidos haciendo una cruz con su cuerpo. Cuide no llevarse nada por delante : elévelos (no sea cosa que se tope con una lámpara), ahora bájelos y colóquelos en paralelo con su cuerpo. Abra un poco las piernas (no demasiado), lo suficiente para sentirse "bien parado". Párese con su espalda erguida, columna derecha, su cadera bien ubicada, como si fuera a bailar clásico. Sienta que su columna es un eje central y que desde arriba -en su cabeza- lo estiran con un piolín como a una marioneta. Cuando esté seguro y cómodo comience. Cierre sus ojos y cuente internamente hasta sesenta con el mismo ritmo del segundero de su reloj. Por cada número que cuente mentalmente (no lo verbalice) eleve un poco sus dos brazos abríendolos en cruz sin doblar. Piense que sus brazos son las agujas de un reloj que marca la hora y que se van a encontrar en sesenta segundo sobre su cabeza. Si Ud. hace bien su ejercicio, juntará las palmas de sus manos simultaneamente cuando su mente le indique "60". Una vez arriba, volverá a contar "60" del mismo modo mientras sus brazos bajan. Igual que en el caso anterior sus palmas tocaran cada una de sus piernas cuando su mente le diga "60". Al subir y al bajar sus brazos sentirá que le pesan o que le cuesta hacer este ejercicio que parece tan simple. Es así : debe sentir que mantener el ritmo del reloj hace que sus brazos le pesen. Acompañe este ejercicio con una buena respiración abdominal (recuerde nunca respirar por torax sino por abdomen) se sentirá relajado y con la mente abierta para encontrar soluciones para sus problemas. Si lo hace todos los días sentirá que puede hasta dormir mejor.
Relájese en 2 minutos Si está en unos de esos días muy estresantes, le recomiendo pararse un minuto con sus brazos extendidos haciendo una cruz con su cuerpo. Cuide no llevarse nada por delante : elévelos (no sea cosa que se tope con una lámpara), ahora bájelos y colóquelos en paralelo con su cuerpo. Abra un poco las piernas (no demasiado), lo suficiente para sentirse "bien parado". Párese con su espalda erguida, columna derecha, su cadera bien ubicada, como si fuera a bailar clásico. Sienta que su columna es un eje central y que desde arriba -en su cabeza- lo estiran con un piolín como a una marioneta. Cuando esté seguro y cómodo comience. Cierre sus ojos y cuente internamente hasta sesenta con el mismo ritmo del segundero de su reloj. Por cada número que cuente mentalmente (no lo verbalice) eleve un poco sus dos brazos abríendolos en cruz sin doblar. Piense que sus brazos son las agujas de un reloj que marca la hora y que se van a encontrar en sesenta segundo sobre su cabeza. Si Ud. hace bien su ejercicio, juntará las palmas de sus manos simultaneamente cuando su mente le indique "60". Una vez arriba, volverá a contar "60" del mismo modo mientras sus brazos bajan. Igual que en el caso anterior sus palmas tocaran cada una de sus piernas cuando su mente le diga "60". Al subir y al bajar sus brazos sentirá que le pesan o que le cuesta hacer este ejercicio que parece tan simple. Es así : debe sentir que mantener el ritmo del reloj hace que sus brazos le pesen. Acompañe este ejercicio con una buena respiración abdominal (recuerde nunca respirar por torax sino por abdomen) se sentirá relajado y con la mente abierta para encontrar soluciones para sus problemas. Si lo hace todos los días sentirá que puede hasta dormir mejor.
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